Por Drácula Parrot

No es una exageración que la mayoría, especialmente los mayores, tienden a pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Pero, ¿por qué? Este pensamiento es más una fantasía o una añoranza del pasado porque ahora que tenemos más comodidades, el placer de las cosas simples de la vida, del día a día, está desapareciendo.

Antes era suficiente tener un título universitario para augurar un buen futuro, ahora tenemos que estudiar más. Años atrás, un solo ingreso era suficiente para mantener una casa, encontrar un lugar para estacionarse era fácil, las madres solían pasar más tiempo con sus hijos, un teléfono fijo era suficiente en la sala de la casa y teníamos que correr escaleras abajo para contestarlo. La televisión era gratis, y  solo tenía dos canales.  No sé que tan viejo sea usted, querido lector, pero en mi casa el control remoto éramos mi hermana y yo que cambiábamos del canal 1 al canal 2. Hoy, los pichones a los tres años de edad tienen más juguetes que los que tuve en toda mi infancia.

Ahora, sin embargo, tenemos que incluir en nuestro presupuesto mensual dinero para Internet, teléfonos celulares y Netflix, sin mencionar vacaciones a destinos exóticos o Disneylandia, porque qué trauma si nuestros hijos crezcan sin conocer a Mickey Mouse o a las princesas.

La gran pregunta es: ¿Eran los viejos tiempos mejores? Me molestaba cuando mi abuela, convertida ya en una vieja urraca, decía “En mis tiempos todo era diferente” y ahora me encuentro a mí misma a punto de decir lo mismo, por supuesto que me reprimo, cierro el pico, no quiero sonar como ella. Obvio, esos “mejores tiempos de antes”, no existen; están sólo en nuestra imaginación y en nuestra memoria selectiva, porque tenemos la tendencia a borrar los malos recuerdos y recordar solo lo bueno.

Puede que sea un poco romántico tener esa nostalgia por el pasado, pero cuando la gente empieza a ver los nuevos tiempos como inferiores en relación a cómo era la vida cuando ellos eran jóvenes, especialmente en referencia a la tecnología,  les pregunto: ¿de verdad quisieran ir atrás en el tiempo cuando había menos ciencia y por lo tanto, menos conocimiento, menos tolerancia, menos opciones y más racismo y sexismo?

Antes de que sigamos en ese eterno mantra, me parece que debemos cambiar; y cambiar es ver las cosas de forma diferente y aprender a hacerlo rápido, porque casi todo se transforma de forma acelerada y cada día que pasa, tenemos menos concentración en las cosas, porque estamos abrumados con la cantidad de información y opciones que tenemos. Hay que re-aprender para usarlas en nuestro beneficio.

No podemos detener el desarrollo, sería absurdo. Las herramientas se han hecho más sofisticadas y fáciles de usar, y los procesos parecen ser más rápidos, más eficientes, compactos, y de manos libres; pero, la vida, el amor, el trabajo, el respeto y la tolerancia no vienen en versiones “bajo en esfuerzo” o “sin dolor”, como si fueran productos “low fat” o “sugar free”. Esos siguen con la carga usual, quizás más nítidos ahora.

Hay que amar nuestra realidad, nuestro presente, abrazar el nuevo mundo que esta frente a nosotros y crear un balance, apreciando lo que los nuevos tiempos nos ofrecen, sin olvidar que hay valores que nos definen como ser humano, sin hacer una sola concesión y que así deben prevalecer a través del tiempo.

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