Madre mirando

Por Korina Calderón

Se baja del coche, desde el estacionamiento ve a su madre sentada en la silla de ruedas en el jardín de la casa de reposo. En la recepción se encuentra con la enfermera que está al cuidado de la señora Rosaura.

-¡Qué gusto!, don Martín. ¡Venga!, quiero enseñarle algo que hizo su  madre.

Entran en un salón lleno de manualidades elaboradas por los internos y ella apunta a una de las paredes. El techo es de vidrio, entre las vigas de madera se asoma el follaje cargado de gotas de agua. Hace más frío que afuera.

-Lo terminó ayer, tenía tiempo pidiéndome revistas y pocas le gustaban. Hasta ahora entiendo por qué.

Martín ve un collage plagado de imágenes: todas son recortes de revistas que muestran a una madre y a su hijo en actitud amorosa. Siente un nudo en la garganta. Empieza a recordar su niñez: él en medio de la noche buscando el consuelo de su madre. Cuando  abrió la puerta de la recámara  y vio a un hombre desnudo encima de ella, parecían quejarse. Tuvo el impulso de separar aquellos cuerpos. Regresó a su cuarto. La última pregunta que se hizo antes de que el cansancio lo derrotara fue: ¿Quién es ese señor?. Nunca supo su nombre ni el de los otros que visitaban a Rosaura.

En otra ocasión Martín esperaba, como otras veces, a que su mamá lo recogiera de la escuela. Sabía que pasarían varias horas antes de que el coche de Rosaura se aproximara. No importaba que su mamá le hubiera prometido que no volvería a suceder. Mientras tanto, Rosaura le murmuraba al hombre con el que compartía la cama:

-Me tengo que ir… Se me hizo tarde de nuevo.

Martín, se baja del coche y desde el estacionamiento ve a su madre sentada en la silla ruedas en el jardín de la casa de reposo y luego de haber visto el collage se encuentra con la mirada de su madre, siente que lo reconoce. Hacía tiempo que el Alzheimer lo había impedido.

Korina Calderón es escritora,  ensayista y empresaria. Su columna Mirada Lateral se publica en la revista contenido mensualmente, también en el diario sinaloense El Debate publica su columna Paralelo 25.  Perteneció al taller de creación literaria de Silvia Molina y actualmente estudia la maestía en Creación Literaria en Casa Lamm. Es la pluma negra de la Paloma en Las plumas del cacalote. 

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